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Íntag
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Senderos al Sumak Kawsay
By Linda D’Amico

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Con el apoyo de la ONG alemana GEO, la comunidad de El Paraíso ha logrado comprar su cuenca hídrica y reforestar con más de sesenta mil árboles. La gente de El Paraíso se unió para proteger el recurso vital para la vida y para dar un manejo sustentable a sus bosques. Durante el proceso de reforestación, desde octubre de 2008 hasta septiembre de 2011, los y las comuneros han desarrollado unas destrezas importantes en cuestiones organizativas y prácticas. Por ejemplo, ya establecen viveros forestales de especias nativas que les darán resultados económicos aún después de que el proyecto termine. Al encontrarse en la recta final del proyecto, la comunidad se quedará con una actividad sustentable que genera ingresos.

Hacemos microempresas y silvipasturas
En una entrevista el 23 de julio, el presidente de la Unión de Comunidades de Peñaherrera y de El Paraíso, Pedros Bolaños, reveló algunos de los trabajos en que la gente se ha involucrado en la parroquia. Afirmó que “nació la iniciativa de consolidar un vivero de producción, no solamente a nivel de la comunidad, pero a nivel de la Zona para abrir más campos hacia otras instituciones, como el Gobierno Provincial de Imbabura y el Ministerio de Medio Ambiente”. Dijo, “Hemos reclamado que a veces, cuando se hacían proyectos en Íntag, venían los árboles de afuera. Y el Perfecto nos entendió y ya nosotros producimos las plantas y nuestra contraparte es plantarlas en nuestros terrenos”.  Añadió que es un camino nuevo porque ya están convirtiéndose en una microempresa para producir árboles para toda la Zona. Incluso, ya el Ministerio de Ambiente les ha pedido 10 000 y el Gobierno Provincial, 35 000 árboles. En el tema del ambiente, aconsejó que no sólo hay que pensar en el aliso, sino “hay que tener una variedad, porque sembrar una diversidad la ayuda que se sostenga la vegetación misma”. Destacó que es necesario tener una visión del manejo de cada parcela y optimizar tierras para poder poblar las áreas más desprotegidas.

Nuestras actividades en forma rutinaria
“Tenemos el orden de actividades que tenemos que cumplir todo el año,” contó el señor Bolaños.  Todas las semanas tienen cosas que hacer relacionadas con la preparación y la aplicación de abono a la tierra, el riego de las plantas y la planificación de suficientes plantas para la temporada alta. “Nuestra meta es siempre tener una base de cien mil plantas”, afirmó. La lógica es si tienen la oferta, vendrá la demanda, destacó el líder comunitario.

Queremos fortalecer a otras comunidades en tema del vivero

Los participantes en el proyecto quieren compartir sus experiencias con otras comunidades en la región. Así Íntag podría convertirse en una Zona de producción de árboles como eje económico. Esto incluye un plan de desarrollo comunitario basado en la solidaridad y ejes también en turismo y actividades ambientales y productivas.
Las mujeres también apoyan el proyecto. Según Rosa Gómez, “Después de la amenaza minera, hemos luchado y, aunque el dinero nos hace falta, no rendimos al extractivismo. Al contrario, ya sembramos árboles para que haya agua, paz, tranquilidad, salud y unión. Queremos un futuro sano para nuestros nietos”.
*Catedrática en la Universidad de Winona, estado de Minnesota, EE.UU, y gran amiga de la Zona desde hace muchos años.