La casa comunal de Junín acogió a más de cien mujeres de los grupos inteños el 25 de septiembre. Durante la Asamblea anual toparon temas como la economía del cuidado y la seguridad social en el marco de la nueva Constitución. Además, escucharon informes sobre las actividades de la Coordinadora de Mujeres de Íntag (CMI) durante los últimos 12 meses y el desarrollo de la Zona. También eligieron una nueva directiva en un proceso singular a fin de asegurar la representatividad y abrir este espacio de liderazgo a “nuevas caras”. A pesar de una apretada agenda, la CMI cumplió con los objetivos previstos.
La presidenta saliente, Silvia Vetancourt, instaló la Asamblea con un agradecimiento “a Dios, que nos tiene aquí juntas, a mi mamá, a mi hijo y esposo”. Asimismo anunció que el propósito de la Asamblea era “ver las metas que nos proponemos y seguir adelante”.
Por su parte, la presidenta de la Asamblea de Unidad Cantonal de Cotacachi (AUCC), Irma Torocina, reconoció que es la primera vez que la Asamblea de la CMI se da en Junín. Explicó que “tenemos el compromiso de seguir, a pesar de la distancia y la falta de recursos”.
¿Qué es la economía del cuidado?
Margarita Aguinaga, de la Asamblea de Mujeres Populares y Diversas del Ecuador, explicó el concepto de la “economía del cuidado”. Recordó que el 2008 el Estado ecuatoriano lo reconoció como una categoría dentro de la Constitución para valorar el trabajo doméstico no remunerado. Según el concepto, a las mujeres el Estado les reconoce económicamente el trabajo en la casa; contarán con recursos y, al no tener que asumir un segundo empleo, tendrán tiempo para sí mismas. En la economía del cuidado está contemplado el ámbito doméstico, comunitario y el cuidado de la naturaleza. Como todo trabajo apegado a las leyes, las mujeres tendrán seguro social y acceso a educación, servicios de salud y vivienda.
Durante el foro abierto, las mujeres de Íntag intercambiaron reflexiones sobre sus derechos. Las inteñas tuvieron sus propias definiciones del trabajo reproductivo no remunerado: “Mantenemos a nuestros hombres dentro del hogar”; “Somos multiprofesionales dentro de la casa”; “Las mujeres son las organizadoras y planificadoras”. Éstas fueron unas de las opiniones ofrecidas. Las socias también analizaron el maltrato a la mujer. Concluyeron que para enfrentar este mal, “tenemos que valorarnos nosotras mismas”, se tiene que reconocer que “nosotras también trasmitimos esa mala cultura”, y que las mujeres “somos corresponsables del machismo”.
La señora Aguinaga afirmó que las mujeres trabajan entre 13 y 14 horas diarias. Sin embargo, con frecuencia tienen que enfrentar críticas como éstas: “¿Qué te has pasado haciendo, eres una vaga”, o “No seas carishina, tienes que aprender a cocinar para cuidar al marido”.
El trabajo de las mujeres es invisible y, en demasiados casos, se realiza en condiciones de maltrato e injusticia, aseguró. Éste no es un problema personal, sino local, nacional y global. Es un problema público y político. Enfatizó la presentadora que, para que el Estado reconociera lo grave de este problema, y la importancia de que se respeten los otros derechos de la mujer, miles de mujeres tuvieron que organizarse y luchar durante años.
Sin embargo, mucho de lo logrado sigue en papel. Según la feminista, las mujeres aún están ausentes de las prioridades nacionales. Por lo tanto, pidió que sigan ejerciendo presión, para que “lo que está en la Constitución no se quede como letra muerta”.
Por otro lado, Sonia Córdova, ex presidenta de la CMI, preguntó sobre la posibilidad de “comenzar desde abajo”, eso es, que las juntas asignen recursos para poner en práctica la economía del cuidado. Según la presidenta de la Junta de García Moreno, Gissela Morales, le Gobierno central recién les asignan un presupuesto a las juntas. Comprometió recursos para asambleas, capacitación y fortalecimiento organizativo, no sólo para obras de cemento. Por otro lado, el presidente de Plaza Gutiérrez, Elías Imbaquingo, dijo que no hay cómo manejar el financiamiento para las juntas con agilidad. Aseguró que tendrían que buscar el marco legal. No hay que dar necesariamente el dinero de forma directa, sino a través de microempresas, afirmó. A la última aseveración, la conferencista explicó que no se trata de cargar a la mujer con más trabajo sino reconocer el que ya hace en la casa.
Rendición de cuentas
“Todas han participado a través mío”, dijo la presidenta saliente al dar su rendición de cuentas. La señora Vetancourt, detalló las actividades administrativas y organizativas durante su periodo. La CMI ha participado en talleres, foros y reuniones, dejando en alto las mujeres de Íntag, aseguró.
En el tema financiero aclaró que al inicio de su periodo la cuenta de la CMI estaba casi vacía. Los ingresos en enero del 2009 fueron de 1915 dólares mientras los egresos a septiembre del 2009 llegaron a 1137 dólares. En el 2010, hubo ingresos de 5873 dólares. Al terminar su periodo, la cuenta queda con un saldo a favor de 1549,31 dólares. La Coordinadora ha presentado proyectos a varias fuentes financieras que la nueva directiva tendrá que dar seguimiento.
Elección conflictiva
Según los estatutos de la CMI, votan y pueden ser parte de la directiva las miembros activas que pertenecen a los grupos organizados socios de la Coordinadora. Muchas de las mujeres propuestas para ser parte de la directiva se excusaron por diversas causas. Para salir de este dilema, se hicieron varias sugerencias. Algunas mujeres plantearon que participen las presidentas de los grupos como candidatas, en representación de toda la zona. La moción no fue acogida a fin de asegurar la participación de más mujeres. Sin embargo, otras mujeres propusieron a la señora Vetancourt y la señorita Marcia Ramírez para dirigir la organización. La presidenta saliente aclaró que había renunciado a ser miembro activa del grupo Mujer y Medio Ambiente. Sin embargo, sus compañeras dijeron que el grupo no había aceptado su renuncia. Comenzaron la votación de listas que incluían candidatas quienes expresaron su inhabilidad de cumplir con las exigencias de la dirigencia. Como consecuencia, varias voces se alzaron para decir que no podían obligar a nadie y que esa actitud iba en contra de los estatutos de la organización.
Acto seguido, los grupos se reunieron para escoger una representante por cada uno. Las delegadas fueron: Germania Haro, Ruth Vivanco, Gloria Túqurez y María Magdalena Vaca.
Al ganar la señora Túquerez, propuso que toda la directiva sea de la parroquia de Cuellaje, por la dificultad de movilización. Ante esta propuesta hubo confusión y las mujeres no reaccionaron de manera inmediata. El presidente de la Junta de Plaza Gutiérrez intervino. Hizo un llamado a las mujeres para que participen, (ver página). En la búsqueda de una solución de acuerdo con los estatutos, la señora Córdova propuso a Fabiola Días como presidenta, Germania Haro como vicepresidenta y a sí misma para la secretaría. La directiva fue aprobada por la mayoría de la Asamblea. Luego, la concejala rural Fabiola Guevara posesionó a la flamante directiva.
Con un retraso de más de dos horas, la CMI trabajó las resoluciones en plenaria y no en mesas como inicialmente se había planificado. Hubo breves exposiciones de los representantes zonales en los temas de turismo, control social, salud, ambiente y producción. La CMI, de forma unánime, resolvió lo siguiente:
- Promocionar un paquete turístico que exprese lo que es la Coordinadora de Mujeres de Íntag.
- Ejercer control social (observatorio) para aplicar la política de salud y educación, poniendo en perfecto funcionamiento el Centro de Salud de Íntag.
- Respetar la decisión de la Asamblea Zonal del 21 de mayo en cuanto al rotundo “no a la minería en Íntag”. En el caso de que los planes cantonales o parroquiales no acaten esta decisión, se pedirá la revocatoria del mandato a las autoridades.
- Fortalecer los grupos productivos mediante recursos asignados por los gobiernos cantonales y provinciales.
- Trabajar de forma organizada con el Gobierno Provincial.
- Exigir que el Centro de Atención a la Mujer (CAM) funcione en el Municipio de Cotacachi.