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El Primer Periodico Independiente
del Rincon Mas Bello y Mas Verde del Ecuador
Los Cedros
By Mary Ellen Fieweger y Mara Neef

El Ecuador es uno de los sitios privilegiados del planeta. La nación ocupa el primer lugar en el mundo en términos de especies de vertebrados por cada cien mil kilómetros cuadrados de superficie. Asimismo, está en el segundo lugar al tomar en cuenta las especies de vertebrados endémicos, es decir, aquellas que sólo se encuentran en el Ecuador. Estas afirmaciones son del libro La biodiversidad del Ecuador, Informe 2000, elaborado por el Ministerio del Ambiente, la

EcoCiencia y la Unión Internacional

para la Conservación de la Naturaleza (UICN).  Pero en este país privilegiado existen ciertos sitios mucho más privilegiados que otros. La gente de Intag sabemos que nuestra zona, parte de la zona subtropical de Cotacachi, es uno de éstos. Y aquí también hay una jerarquía de privilegio, con lugares especiales, muy especiales e insuperablemente especiales, o sea, cercanos al paraíso. Uno de estos últimos es el bosque protector Los Cedros, ubicado en el valle del río Manduriacos, también parte de la zona subtropical del cantón.

El equipo del Periódico INTAG visitó Los Cedros para conocer más de cerca la biodiversidad de la reserva y la gente comprometida con su conservación y con asegurar que las comunidades circundantes beneficien de su presencia. Luego, dos miembros del equipo hicimos una segunda visita, del 17 al 20 de enero, para profundizarnos aún más en varios temas. A continuación, un resumen de lo que descubrimos de este sitio insuperablemente especial.

Una caminata por la reserva

Al hablar de la biodiversidad del bosque protector Los Cedros, hay que recurrir a superlativos, no hay más. Como muestra de botón, les ofrecemos una lista parcial, no más, de las especies de aves que identificamos durante una caminata por el bosque el 19 de enero: la pava real, el Yumbo, una bandada de loros cachetirrosas, el quetzal cabecidorado, el trogón collarejo, el tucán andino piquilaminado, el tucán del Chocó, el carpintero olividorado, la limpiafronda frentianteada, el homiguero inmaculado, las tangaras lomilimón, palmera, filiblanca y azulera, varias bandadas de vencijos cuelliblancos y una de pericos colimarrones, el momoto rufo, el barbudo cabecirrojo, el Blue fronted parrotlet, la mamacuchara, el tucanete lomirrojo, la espatulilla común, el mosquerito adomado, el chotacabras colilira, varias species de palomas, golondrinas y reinitas, un montón de colibríes, y la lista sigue. Unas pocas de éstas sólo oímos; las otras vimos con nuestros propios ojos.


También vimos ardillas enanas, ejércitos de hormigas militares? en todas partes, un agouti, un lagarto de más de 30 centímetros de largo y bastantes mariposas a pesar de las nubes que cubrían el cielo durante la mayor parte de la caminata. En cuanto a la flora, había orquídeas grandes y pequeñas en flor, la mayoría de ellas asentadas en árboles majestuosos que parecen llegar al cielo y que son el hogar de innumerables especies más: musgos, líquenes, bromelias, insectos, arañas, aves, mamíferos, helechos y hongos. En resumen, una infinidad de seres de formas y colores

 

insospechados. 
Finalmente, no tuvimos la suerte de ver las especies grandes que habitan este bosque: los monos, el oso anteojos, el armadillo, el ocelotes, el venado y otras.

Historia del bosque protector

Los Cedros es, sin duda, uno de los tesoros biológicos del país. José DeCoux, el “administrador informal” del bosque, afirma que el área protegida excede en importancia las islas Galápagos debido a su biodiversidad.

Los miembros del Centro de Investigación de Bosques Tropicales (CIBT) impulsaron la protección del bosque: compraron los terrenos, elaboraron la solicitud e hicieron los estudios requeridos. Los fondos llegaron de la ONG Amigos de la Tierra de Suecia y el gobierno de Australia.
La resolución 054 convirtió a Los Cedros en bosque protector en octubre de 1994. La emitió el Instituto Ecuatoriano Forestal y de Áreas Naturales y Vida Silvestre (INEFAN), la entidad que solía estar a cargo de las  áreas protegidas del país. La resolución fue publicada en el Registro Oficial de enero de 1995.
En 2001, el CIBT pierde el bosque, debido a una decisión emitida por el Instituto Nacional de Desarrollo Agrario (INDA), cuyos funcionarios adjudicaron la propiedad a una cooperativa de individuos pudientes de Quito, quienes querían enriquecerse aún más mediante la venta de carbono en mercados internacionales. Sin embargo, hoy Los Cedros es parte del Sistema de Áreas Protegidas del Ministerio del Ambiente, creado en 1996.
Según el señor DeCoux, la

s comunidades en la zona de amortiguamiento de Los Cedros están involucradas en la elaboración de una estrategia de manejo para el bosque. Una de las metas principales de este proceso es la de asegurar que la protección del área quede en manos de la gente local (ver recuadro).

La biodiversidad de Los Cedros
La reserva Los Cedros tiene una extensión de 6 400 hectáreas e incluye dos zonas de vida: el premontano húmedo y el montano bajo. Dentro de sus límites viven:

Los Cedros protege tres cuencas hidrográficas: las del río Verde, el río Magdalena y el río Manduriaco Grande.

Estudios científicos

Mientras Los Cedros es una reserva prácticamente desconocida por la población ecuatoriana, la comunidad científica –tanto aquí como en el extranjero– reconoce su valor.

En 1989, dos de los más reconocidos expertos en bosques tropicales del mundo, Calloway Dodson y Al Gentry, publicaron una monografía en el anuario de la Sociedad Botánica de Missouri, EEUU, titulado “Extinción en el Ecuador Occidental”.
Dentro de los límites del bosque protector existe un sitio de estudio permanente bajo la supervisión del Herbario Nacional. El sitio es parte de un estudio mundial de áreas boscosas cuyos resultados se contabilizan cada diez años.
A principios de la década de los 1990, un especialista en lepidópteros (mariposas), hizo dos colecciones de las especias. De las 960 especies nocturnas registradas, hasta ese momento sólo 640 habían sido identificadas por científicos.
En 1992, llegó a Los Cedros un taxónomo de la Universidad de Upsala en Suecia para identificar especias botánicas en la reserva. Durante tres días en el bosque, el científico y su equipo descubrieron dos nuevas especies de orquídeas. Entre las dráculas, existen nueve especies en la reserva.
Gracias a la investigación por la estudiante ecuatoriana Mercedes Gavilanes, con el apoyo del biólogo Mika Peck de la Universidad de Sussex, Inglaterra, el mono bracilargo fue reconocido como uno de los primates más amenazados en el mundo: sólo quedan 200 individuos. Además, la tesis de la bióloga fue publicada en la revista técnica World Primate Review, la más importante de este campo científico.

En enero de este año, llegaron a Los Cedros un grupo de científicos encabezado por la bióloga evolucionaría Bitty Roy para continuar un estudio iniciado hace dos años sobre la relación entre las orquídeas de la familia drácula, los hongos y una especie de mosco.

Los Cedros y la estética
La visitadora a este bosque protector pasa el tiempo boquiabierta: ocho loros cachetirrosas picotean los bananos del platanal en la entrada a la estación científica de la reserva. En los jardines de la estación, toucanes, pericos y colibríes revolotean entre las ramas de los árboles y un yumbo llega puntualmente a la hora del almuerzo a la plataforma ubicada a un metro del comedor para servirse un plátano. En la noche, los partidos de ping-pong se interrumpen a cada rato mientras los jugadores inspeccionan una nueva especie de mariposa que acaba de llegar a los enredaderas que cubren el tumbado o a las ventanas que separan la cocina cerrada del comedor semi abierto o a la sábana blanca que se cuelga en la noche para atraer a centenares de insectos. La insólita belleza y la asombrosa variedad de mariposas nocturnas le dejaban tan encantada a Belén Mena, diseñadora ecuatoriana, que publicó seis tomos con fotos de sus alas y los correspondientes diseños para fábricas que los bichos habían inspirado. La serie de libros ganó un premio en Europa. Asimismo, la belleza de la reserva inspiró al sudafricano Murray Cooper a aprender la fotografía para poder plasmar en libros una pequeña parte de su infinita naturaleza.

Por qué conservar la naturaleza de Los Cedros

“Tenemos que conservar el hábitat y la biodiversidad para que los organismos sigan funcionando”, afirma el señor Decoux. La reserva es uno de los lugares más lluviosos del mundo, y en las fincas en sus alrededores es posible cosechar tres veces al año. De hecho, durante la visita de enero, mientras no caía ni una gota de agua en las otras parroquias de Intag, llovió todos los días en Los Cedros.
Pero la conservación cuesta dinero. Según José, no se puede mantener la Reserva sólo con los ingresos de los turistas y voluntarios. “El mayor peligro para la conservación es la ausencia de una administración seria y la corrupción” en las entidades estatales a cargo del control, dijo el señor Decoux. De hecho, en el punto en Magdalena Bajo donde se inicia la caminata a la reserva, existe un depósito de madera a donde llegan, día tras día, recuas de mulas cargadas de tablas de cedro, un árbol cuya tala está prohibida. Allí no hay policías ni militares y mucho menos funcionarios del Ministerio del Ambiente para controlar la tala ilegal de esta especie. Según un joven arriero con quien conversamos, se está sacando la madera de Brilla Sol para un empresario de Quito cuyo nombre no pudo recordar. 
El futuro de Los Cedros no está asegurado. Existe la amenaza de invasiones por parte de madereros y compañías minerías ya que la protección de un sitio tan amplio es bastante difícil. Sin embargo, hay razón para optimismo: es evidente que las comunidades reconocen la importancia de conservar Los Cedros.

De hecho, se convocó una reunión en El Paraíso el 20 de enero para conversar con Manuel Valverde, acusado de intentar vender la Reserva, por tercera vez, según José. Sus clientes, en todos los intentos, han sido personas “inguenas”, afirma José, y de escasos recursos económicos quienes han entregado hasta 400 dólares al supuesto estafador a fin de reservar su lote. El “invitado de honor” se había comprometido por teléfono asistir acompañado por funcionarios de Ministerio del Ambiente y el Instituto Nacional de Desarrollo Agrario y con documentos que confirman la legalidad de su actividad. El señor Valverde no asomó, mucho menos los funcionarios indicados. Pero sí estaban autoridades locales y unas 40 personas quienes afirmaron la importancia de conservar los bosques, tanto privados como públicos, del cantón. Según afirmó una comunera, mientras “Quito muere de sed, aquí tenemos agua porque tenemos bosque”.



José DeCoux  

“Administrador informal” y “payaso solitario”: así se autodenomina José DeCoux, la persona más responsable que nadie por la supervivencia del bosque protector Los Cedros.
Llegó al Ecuador en 1987 desde la República Dominicana, donde tenía un bar y restaurante.
Su interés en la conservación de los bosques tropicales data de los primeros años de la década de los 1970. Vivía en una comuna ubicada en el valle colombiano de San Agustín. Eventualmente, los comuneros fueron expulsados por el Ejército de este país. Los militares querían limpiar la zona de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) sin que hubiera testigos para presenciar los métodos utilizados.
En 1988, José compró su primer terreno en Los Cedros, un platanal de 100 hectáreas. Poco a poco fueron adquíridos más terrenos hasta llegar a las 6400 hectáreas que existen hoy. Luego, con compañeros del CIBT y la ayuda de un funcionario del IERAC para identificar los linderos, iniciaron el proceso de legalización del bosque protector.
Christoph Schröder, padre de uno de los primeros voluntarios alemanes, construyó una turbina hídrica para dotarle a la reserva con una fuente de energía eléctrica.
Desde el inicio, José ha sido convencido de la importancia de asegurar que los conocimientos derivados de investigaciones llevadas a cabo en Los Cedros queden en el Ecuador. Por eso, ha insistido en que cada equipo científico que llegue incluya por lo menos un estudiante o profesional ecuatoriano. Ahora, ésta es un requisito a nivel nacional para conseguir los permisos necesarios para llevar a cabo investigaciones en las áreas protegidas del país.
Otra preocupación de José se enfoca en combinar la conservación con el turismo comunitario (ver INTAG, #63, página 9) y de involucrar a la comunidad en todos los aspectos de la reserva y la reserva en todos los aspectos de la vida comunitaria. Es por eso que el administrador informal de Los Cedros participa en el Comité de Salud de El Chontal, gracias a cuyos esfuerzos la comunidad inauguró un Centro de Salud hace pocos meses (ver INTAG, #63, página 18). Y es por esto que las personas que visitan la reserva son guidas por jóvenes de las comunidades circundantes quienes tienen conocimientos impresionantes. Estos incluyen no sólo los nombres comunes y usos de una larguísima lista de especies de animales y plantes, sino los nombres científicos de estos (ver recuadro). Los conocimientos adquieren los guías al trabajar con los científicos que llegan a la reserva. Unos de los sueños de José es capacitar a un equipo de parabiólogos comunitarios. En este campo, se ha avanzado bastante, al juzgar por nuestra visita a Los Cedros.

MEF/MN

 


TURISMO COMUNITARIO

Susann Aboueldahab, José Rivera  y Johana Morales


Una alternativa económica que permite a las comunidades defender y revalorizar sus recursos culturales y naturales. Ésta es una buena definición del turismo comunitario, una experiencia que ofrece al visitante la oportunidad de descubrir y compartir las tradiciones, costumbres y hábitos de una comunidad. Este tipo de turismo atrae cada año a turistas de todo el mundo al Ecuador, cuyos atractivos incluyen una biodiversidad envidiable, ubicada en bosques que se encuentran en un amplio rango de alturas.
Uno de los sitios donde los turistas pueden combinar el turismo comunitario con una estadía en una reserva ecológica es la comunidad de El Chontal, cerca del bosque protector Los Cedros.

Turismo comunitario en Los Cedros
José De Coux es el administrador de la reserva y miembro del Comité de Turismo de El Chontal, de cuyas actividades se benefician 20 familias de la comunidad. Desde el 1995 recibe al año seis grupos de turistas y cuenta con el apoyo del Ministerio del Ambiente del Ecuador. Hasta la fecha de la entrevista con el Periódico INTAG han venido unos 300 turistas y aún más investigadores y científicos. Según José De Coux, la mayoría de los visitantes son de Italia y España; muy pocos son nacionales. Muchos vienen para estudiar la botánica, sobre todo las orquídeas. En la actualidad, se está construyendo un hostal para darles a los turistas la oportunidad de hospedaje en El Chontal.

Lo que ofrece la reserva al turista
La gente que opta por Los Cedros disfrutará de experiencia con el mundo natural poco común: la reserva es el hogar de 230 especies de aves, tres de monos, 970 de mariposas, unas 400 de orquídeas y los únicos árboles de podocarpus en Imbabura. La estación científica de la reserva ofrece alojamiento, comida y guías comunitarios. Existen 70 kilómetros de senderos que llegan a cascadas, ríos, sitios frecuentados por distintas especies de mamíferos y un sinfín de árboles de múltiples especies con sus orquídeas, musgos, bromelias, insectos y otros seres. Las personas que prefieren un grado mayor de confort pueden llegar a la estación científica a lomo de mula. 


Según el señor De Coux, el Comité de Turismo estará integrando a la visita a la reserva más proyectos de la comunidad a fin de promover el intercambio intercultural y el comercio justo. Las actividades incluirán visitas a microempresas familiares y tiendas comunitarias. Se ofrecerá un paquete basado en una estadía de siete días divididos entre la comunidad de El Chontal y la reserva Los Cedros.
Otra idea, según el administrador de Los Cedros, es un tour a una red de áreas establecidas para conservar animales y plantas que están en peligro de extinción, por ejemplo, ciertas especies de monos.

Para mayor información, consulte la página Web del bosque protector Los Cedros: www.reservaloscedros.org.