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Futuro de ITT
By Los Editores

ALBERTO ACOSTA OPINA

EL FUTURO DEL ITT

La Iniciativa Yasuní-ITT representa un conjunto de temas sobre los cuales el economista Alberto Acosta ha estado hablando y escribiendo desde hace años: la deuda ecológica que tienen los países desarrollados con los en camino de desarrollarse; los peligros –económicos, sociales y ambientales– de la extracción de recursos no renovables; la necesidad de iniciar la transición a una economía pos petrolera; y así por el estilo. Y, es uno de los arquitectos de la Iniciativa. Así que el Periódico INTAG se puso en contacto con el economista para que nos dé su opinión sobre el futuro de  una de las propuestas más innovadoras que se ha escuchado en el escenario internacional y que ya corre peligro.

Sobre la autoría de la Iniciativa Yasuní-ITT

Hay que partir reconociendo que SIEMPRE (durante el gobierno de Correa) estuvieron presentes las dos opciones: A) dejar el crudo en el subsuelo y B) extraerlo. El mérito del Presidente es haber aceptado la propuesta de dejar el crudo en el subsuelo, pues desde hace unos 20 años se habla de extraerlo. Recuerda que esa propuesta se fraguó, desde hace muchos años atrás en la sociedad civil. No hay gerente propietario alguno de la idea. A mí me tocó presentarla y defenderla en el gabinete de Correa. Ya se podrás imaginar con qué cara veían en el gabinete al ministro de Energía y Minas (de petróleo, en definitiva), en una economía adicta al petróleo, proponiendo no extraer el 20 por ciento de las reservas de crudo... Así que ese tiempo esas dos opciones han estado en disputa. 

Sobre la reacción de Correa

Con la declaración inoportuna, incluso diría que vergonzosa, de Correa, del 9 de enero pasado, el proyecto sufrió un golpe muy duro. Pero las consecuencias del shock son diversas.   Internamente, hay mucha gente que conocía por primera vez esta Iniciativa Yasuní-ITT. Incluso una gran mayoría de los que la conoce (más del 73 por ciento) la apoya. Pero también provocó una reacción de los representantes de las petroleras que han desatado una gran campaña en contra de la iniciativa. Como que estaban calmados porque consideraban que el proyecto no tenía futuro. Ahora, el potencial éxito del proyecto pone en riesgo al proyecto... paradojas de la vida. Internacionalmente, el impacto es negativo. Sobre todo entre los potenciales contribuyentes. El Gobierno tiene que restablecer la credibilidad desde menos cero... tarea muy compleja. Ya no está el anterior canciller Fánder Falconí, pilar fundamental de la iniciativa (tiene un doctorado en economía ecológica). Ya no están dos de los miembros claves de la anterior comisión (Roque Sevilla y Yolanda Kakabatse), con conocimiento del tema y muy buenas relaciones internacionales. Reconozco y valoro su trabajo, a pesar de algunas diferencias conceptuales. Sobre la nueva comisión  Hay gente que conoce del tema [en la nueva comisión], como María Fernanda Espinosa: es un punto fuerte. Pero las negociaciones están presididas por una persona que no sabe nada de la materia. Ivonne Baki, pero que tiene muy buenas relaciones con la farándula internacional, con el jet set más exclusivo del mundo. Ella sabe de Tratado de Libre Comercio, de Miss Universo y otras cosas mundanas, pero de temas ambientales, nada. No creo que tenga relación alguna ni con el Club de Jardinería de Quito.

Sobre lo que se necesita

Lo que se espera ahora son señales claras del Presidente. Se espera coherencia y consistencia. Veamos si puede cumplir con este requisito. Me parece difícil. Es indispensable firmar un fideicomiso que dé confianza a los potenciales contribuyentes, sin afectar la soberanía ecuatoriana. Este equilibrio es crucial. Sin embargo, siendo importantísimo el fideicomiso, no es suficiente. Por otro lado, debería Correa anunciar que durante su gestión no se explotará el ITT. Eso daría tres años de plazo al proyecto, al menos. Se le pide por igual que no desarrollen actividades petroleras en los márgenes del ITT. Inclusive le he solicitado que incorpore al ITT el bloque 31, allí hay poco petróleo, cuya rentabilidad se aseguraría explotando la ITT. (En el Perú surgen voces pidiendo que el bloque 67, frente al ITT, reciba un tratamiento similar. Sería fantástico.) Hay que estar atentos a la evolución inmediata de la Iniciativa. Correa este rato no la va a hacer fracasar. La sociedad comienza a asumir una posición cada vez más clara y creo que se pronunciaría a favor de dejar el crudo en el subsuleo si se llega a una consulta popular (Constitución, artículo 407).

Sobre lo que está en juego

De todas maneras, los riesgos persisten. Los intereses petroleros son poderosos. Está en juego una inversión, a más de las exportaciones de petróleo, que podría llegar a mucho más de cinco mil millones de dólares, ¡mucha plata! La presión de las petroleras explicaría las dudas de Correa, eso parece. No nos olvidemos que él no fue a COP15 [la cumbre sobre el cambio climático en Copenhague], siendo el único presidente en el mundo que tenía un proyecto concreto de talla mundial y no simples discursos huecos. Tampoco permitió que se firmara en Copenhague el acta de intención del fideicomiso. Correa, en un momento dado, puede hacer fracasar el proyecto, haciendo aparecer como que la comisión negociadora fracasó. Incluso Correa podría llegar a culpar a los países desarrollados por no asumir su responsabilidad. La mayor garantía de éxito para el proyecto radica en la sociedad civil de Ecuador y del mundo. Tenemos que apropiarnos de la iniciativa y presionar a Correa a que sea coherente.