La tensión fue palpable durante el partido amistoso entre futbolistas profesionales y sus familiares y la selección de los mejores jugadores de la Liga Zonal de Intag. El estadio de Peñaherrera estuvo repleto de hinchas el 20 de diciembre.
La estrella del encuentro fue el famoso Wilson Folleco, jugador del Barcelona y hasta ahora el único inteño que ha jugado en la selección nacional.
Tensión hasta el final
El deportista Folleco mismo entregó la copa de este XIII Campeonato, a Hernán Burgos, presidente de la Liga Zonal. Asimismo, Darío Cevallos, vicepresidente de la Liga, dijo que la copa lleva el nombre de Wilson Folleco “En homenaje” a este gran futbolista de Intag. “Es un amigo de todos”, añadió el señor Burgos.
El partido inició a las 11 de la mañana con un solazo fuerte que les hacía correr el sudor de los jugadores de manera irrefrenable. Los fanáticos estuvieron atentos cada segundo del juego y no estuvieron desilusionados. Cada uno de los numerosos goles fue festejado con aplausos y gritos apasionados. Después del primer tiempo, Folleco y Barcelona llevaba la ventaja (3:2). Pero el resultado final todavía era incierto ya que la selección de Intag se disputó con ñeque cada ataque de sus contrincantes. Sin embargo, durante el descanso, el lateral derecha Folleco dijo, muy seguro de sus palabras: “Juega muy bien la selección, pero vamos a ganarles”.
En el segundo tiempo el equipo inteño pudo recuperar el punto requerido, así que, con el empate (3:3), el partido entró en la fase de los penaltis. Cinco de los diez pateadores fallaron en su intento de meter la pelota en la arca. Se sentía la nerviosidad de los futbolistas, quienes estaban expuestos a una presión casi inaguantable.
Al final, Barcelona ganó con sólo un gol de diferencia. El ambiente amistoso del partido no cambió con este resultado, una manifestación de que, para los inteños, el cómo se juega un partido importa más que el resultado final.
Y tenemos que mencionar las chicas que formaron un cerco alrededor de Folleco en cada momento libre: la multitud de fanáticas le expresaron su admiración con sus gritos y sus miradas.
Juntas no colaboran
El partido fue posible gracias a los esfuerzos del señor Cevallos. Se puso en contacto con el hermano de Wilson Folleco para preguntarle si sería posible su apoyo para este campeonato. Según el vicepresidente de la Liga, de inmediata el futbolista se pronunció “muy gustoso”, añadiendo que le encantaría patrocinar a la Liga.
Por su parte, Hernán Burgos afirmó que este juego amistoso es importante para los jóvenes de Intag. Dijo que la idea es incentivar a la juventud para que haga el enorme esfuerzo requerido para lograr algo parecido al éxito del futbolista de Barcelona.
En otro tema, el señor Cevallos abordó el tema del financiamiento de la Liga. A principios de diciembre, la directiva mandó un oficio a las juntas de la zona para pedir unos 100 dólares a cada una para apoyar a los jóvenes deportistas. Hasta el momento, dijo, no había recibido respuesta alguna. “Esperamos que se sumen y colaboren”, finalizó.
Inteño para siempre
En una entrevista durante el descanso, Wilson Folleco, de origen de Monopamba de la parroquia de Peñaherrera, dijo: “Siempre me sentiré como inteño porque nací aquí”. Asimismo, afirmó que lo que más le gusta de la zona es la naturaleza, la tranquilidad y que se puede confiar en la gente. Por eso está muy feliz y contento que la copa lleve su nombre. “Es un sentimiento que no se puede describir”, destacó. También, anunció que tiene planes de cambiar de equipo. En el futuro es posible que juegue para El Nacional de Quito. “Estamos ya negociando”, afirmó.
Según el padre de Wilson, Luis Folleco, su hijo empezó a jugar fútbol en la escuelita de Monopamba. Como joven hizo sus estudios secundarios en Ibarra y jugó para la selección de Imbabura. Después entró en el equipo de Cuenca y hasta jugó con la Selección Nacional con la que ganó contra Brasil. “Estoy muy orgulloso de mi hijo”, finalizó.
El mensaje de Wilson Folleco para los jóvenes de Intag es que nunca se rindan sino que “se esfuercen y sigan adelante” porque “soñar no cuesta nada”.