LA MEJOR DEFENSA ES EL ATAQUE
El SHOW DE LA PARTICIPACIÓN
El Gobierno de la Revolución Ciudadana se saca 20 sobre 20 en estrategias de psicología y marketing. En las últimas intervenciones el Presidente se ha pasado amenazando con la “muerte cruzada”. Además, las y los funcionarios del Gobierno salen a atender cuánto pedido les ponen en frente. ¿Qué hay detrás de tanta buena intención? Y, ¿qué tiene las amenazas que ver con la aparente preocupación por las necesidades del pueblo?
Primero, veamos que quiere decir la “muerte cruzada”. Según el artículo 148 de la Constitución, “El Presidente podrá disolver la Asamblea Nacional cuando, a su juicio, ésta se hubiera arrogado funciones que no le competen (...) o si de forma reiterada e injustificada obstruye la ejecución del Plan Nacional de Desarrollo, o por grave crisis política o conmoción interna”. La Carta Maga indica que se puede aplicar el artículo “una sola vez en los tres primeros años del mandato”. Luego el Consejo Nacional Electoral convocará a “elecciones legislativas y presidenciales para el resto de los respectivos periodos”. A esto le denominan “muerte cruzada” porque, como resultado, se van todos. ¿Quién determinará cuándo haya obstrucción del Plan Nacional de Desarrollo o una grave conmoción interna o una crisis política? Según la Constitución, es el Presidente, “a su juicio”. Y puesto que, con la muerte cruzada, él se va también, ¿no le preocupa la posibilidad de perder en las nuevas elecciones? No, según el economista no existe la más mínima posibilidad de perder las elecciones; como afirmó en una de sus intervenciones, la oposición se “va a quedar con los churos hechos, porque les vamos a ganar las elecciones”.
Las declaraciones presidenciales se dirigen a una oposición creciente en la Asamblea Nacional por la forma en cómo se aprueban las leyes. Asimismo, el Jefe de Estado sigue dirigiendo su furia a los “ecologistas infantiles”, la “prensa corrupta e irresponsable” y los otros enemigos que se ha ido ganando. No hay mucho debate, ni mucha participación en la elaboración de las leyes. Se hace lo que el Presidente considera correcto. Por ahí dicen que nadie es irremplazable, pero las declaraciones del economista Correa indican que se considera la excepción a esta regla.
Como lo anterior surgiere, el Gobierno funciona en base de dos principios: la mejor defensa es el ataque y el fin justifica los medios. Lo hace mediante la aplicación de una combinación de psicología del miedo y marketing de la motivación. Uno de los grandes descubrimientos de la psicología, hecho por el ruso Iván Pablov, es que se puede condicionar, esto es, asegurar, el comportamiento de las personas mediante estímulos. Para demostrarlo, el sicólogo Pablov hizo un experimento con perros. Cada vez que los perros iban a comer, hacía sonar una campana en el momento de darles la comida. Al inicio la comida fue el estímulo que causaba la salivación de los canes. Pero después de poco tiempo, sólo al escuchar la campana, sin que hubiera comida de por medio, comenzaban a babear.
Para “condicionar” a la gente, en época de la Revolución Ciudadana tenemos estímulos de otra índole. El Gobierno entrega miles de viviendas y aumenta el bono a personas con discapacidad severa. Multiplica los bonos de desarrollo humano y vivienda. Entrega líneas telefónicas sin ningún trámite de por medio (ver página…). Mediante todo esto, convence al pueblo sobre las maravillas del Gobierno. Algunitos hasta están babeando. ¿Qué pasará cuando se acaben los estímulos?
Además, asombra la manera en que los funcionarios del Gobierno atienden los descontentos de la ciudadanía. Para muestra, lo que pasó en Apuela a mediados de agosto. La señora Ismeria Salazar escribió un oficio al mismísimo Jefe de Estado. ¿Su inquietud? La calidad de la educación y los problemas que Íntag tiene. El Presidente delegó a sus funcionarios la búsqueda de soluciones. Es así que llegó una muchedumbre de representantes de la Secretaría de Pueblos, Movimientos Sociales y Participación Ciudadana; del Ministerio de Educación, de la Gobernación de Imbabura y de la Municipalidad de Cotacachi. Repartieron el ciudadano (así se escribe, sin mayúsculas) –periódico gratuito que el gobierno entrega para difundir sus logros– y hablaron de las maravillas que están haciendo en la época de la Revolución Ciudadana. Y, luego, el funcionario de la Secretaría de Pueblos dijo que hay que “poner la casa en orden” pero que no vinieron a solucionar problemas sino a “interactuar”.
Este es un ejemplo de cómo el Presidente pone en práctica la promesa de “gobernar directamente con el pueblo”. A primera vista, no hay nada mal aquí. Las autoridades locales y de la Dirección de Educación no han hecho nada concreto respecto a la pésima calidad de educación que reciben niñas, niños y jóvenes de la zona, las carreteras se han multiplicado (causando problemas en el proceso) pero la mayoría no ha mejorado, y así por el estilo. Ya era hora de que se jalaran las orejas de por lo menos algunos funcionarios. Tendremos que esperar para ver si habrá soluciones concretas a los problemas detallados por la señora Salazar (ver página ). No obstante, existe otra pregunta de fondo aquí: ¿La visita de un nutrido grupo de autoridades es una demostración de la participación ciudadana o es una nueva aplicación de las técnicas de psicología y marketing? Y otra pregunta: la próxima vez que el pueblo inteño quiera que el bienestar de sus familias, fincas, bosques y cuencas sean la prioridad en cuanto al tipo de desarrollo que se aplique, ¿llegará un comité de funcionarios para “interactuar” con el pueblo, o, como ha pasado repetidas veces en Barcelona donde causa problemas la minera CECAL, vendrán los uniformados para “poner la casa en orden”?