Periódico
Íntag
El Primer Periodico Independiente
del Rincon Mas Bello y Mas Verde del Ecuador
El petroleo del Yasuní se queda bajo tierra
By Mary Ellen Fieweger

alt

Se firmó por fin el acuerdo Yasuní-ITT en Quito el 3 de agosto. Como consecuencia, Ecuador dejará bajo tierra el petróleo en la reserva Yasuní a cambio de que los países ricos aporten por lo menos la mitad de su valor. La firma se dio a pesar de una serie de contratiempos creados durante tres años por el presidente Rafael Correa. El acontecimiento es de importancia trascendental para el Ecuador y el mundo. Sin embargo, hace pocos días el Gobierno ensombreció el logro al anunciar que el período para reunir las contribuciones de los gobiernos extranjeros se reduce de un año a seis meses. 

 


La Reserva Yasuní
Con una superficie de 10 mil kilómetros cuadrados, la Reserva Yasuní alberga la variedad más alta de biodiversidad en el mundo. Es el hogar, además, de grupos indígenas, algunos de los cuales no quieren ningún trato con el llamado “mundo civilizado”. La decisión parece más que razonable en vista de las múltiples enfermedades y daños a sus chacras, bosques y fuentes de agua que han sufrido las comunidades que han permitido –o no han podido evitar– la explotación del petróleo en sus territorios. Una sola petrolera, la Texaco, ha dejado una deuda ecológica que ascienda a 702 mil millones de dólares, según los cálculos de organizaciones ecologistas. 

Lo que significa el acuerdo
El acuerdo Yasuní ITT, cuyas siglas representan los campos petroleros Ishpingo, Tambococha y Tiputini, ubicados en la Reserva, se mantendrá vigente durante por lo menos una década. En el transcurso de este período, el dinero donado por países, organizaciones y personas para mantener el crudo debajo de la tierra se depositará en un fideicomiso administrado por el Programa de Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas (PNUD, siglas en inglés). Se calcula que el monto llegará a unos  4,6 mil millones de dólares. Hasta el momento, Alemania, los Países Bajos, Noruega, Italia, y Estados Unidos constan entre los países que han expresado interés en contribuir al fondo.
Las reserves bajo la Yasuní representan unos 850 millones de barriles de crudo, el 20 por ciento de las reservas ecuatorianas. Al no quemar el petróleo, se evitará la emisión de unos 111 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. “Ésta es la contribución ecuatoriana al combate contra el cambio climático”, afirmó la ministra del Patrimonio Nacional, María Fernanda Espinoza, durante la firma del convenio. Por su parte, Rebeca Grynspan, portavoz de la UNDP, dijo que la iniciativa es “innovadora, audaz e importante para todo el planeta”.
Joan Martínez Alier, catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, describe el significado del acuerdo en estos términos: “La inigualable biodiversidad de la zona, la evitación de las emisiones de dióxido de carbono, y los derechos de los pueblos indígenas locales valen más que la venta de los 850 millones de barriles de petróleo pesado del ITT. Mejor dicho, valen más en la medida que podamos dar valor económico al carbono represado, a la biodiversidad no destruida. Pero no es que valgan más, es que valen distinto. No confundamos valor y precio”.

Una historia accidentada
El plan de mantener el petróleo de la Yasuní bajo tierra surgió en forma gradual de la sociedad civil y, específicamente, del equipo de Acción Ecológica, al inicio del nuevo milenio con el análisis de la deuda ecológica y los daños hechos por las petroleras en la Amazonia ecuatoriana. Una de las fundadoras de la ONG, Alexandra Martínez, y el economista Alberto Acosta, asesor de la organización ambientalista, están entre las personas que andaban concretando el mecanismo para evitar futuros impactos. Comienza a tomar cuerpo la idea con el apoyo de Fánder Falconí, en ese entonces canciller y puntal de Alianza PAIS desde 2006. Finalmente, el ministro Falconí anunció a principios de diciembre del 2009 que se firmaría el Acuerdo Yasuní-ITT con el PNUD el 16 de diciembre en Copenhagua, durante la cumbre sobre el cambio climático.
No hubo firma. El presidente Correa la había prohibido. Según Joan Martínez Alier: “Abundaron las metáforas: el canciller se había quedado colgado de la brocha, al canciller le habían tele-quitado la silla en el momento de sentarse”.
Como consecuencia, el equipo negociador renunció en enero de 2010, tras las “desacertadas interpretaciones e insultos al equipo ecuatoriano y al PNUD por el presidente Correa en la radio y televisión el 9 de enero”, afirma el doctor Martínez Alier. Luego, “el propio Presidente se embarcó durante unos días en una ‘guerra de epétetos’ en contra del ex canciller Falconí…y en contra de Alberto Acosta y Esperanza Martínez […], afirmando que detrás del ex canciller había toda una argolla del ‘ecologismo infantil’. Para colmo el economista Correa dijo: ‘Ya había advertido que el principal peligro no era la derecha sino el indigenismo y el ‘ecologismo infantil’”.

“Los ecologistas y los rabiosamente anti-ecologists”
El economista Martínez Alier describe a Fánder Falconí y Alberto Acosta como “co-inventores” del Alianza PAIS en el 2006, como intelectuales que piensan de manera similar sobre economía y ecología, como co-autores y compiladores de varios libros. Dice, además, que “representan una nueva corriente latinoamericana contra el desarrollismo extractivista” y promueven “una transición hacia economías sostenibles”. Lo que es más, comparten una posición “post-extractivista”, posición “que Correa parecía compartir enteramente antes del 2007”, según el analista catalana. Pero añadió que Correa “nunca ha sido ecologista” y tampoco “comparte las tesis del ecologismo popular o del ecologismo de los pobres, a pesar que en Ecuador (Sarayacu, Íntag, Muisne…) hay tantos casos evidentes de defensa de la naturaleza a cargo de comunidades locales contra la extracción de petróleo, contra la minería de cobre, contra el destrozo de los manglares por las camaroneras…”
Sin embargo, comenta el doctor Martínez Alier, “una cosa es no ser ecologista y otra es ser rabiosamente anti-ecologista, como en esas declaraciones de enero del 2010 y en tantas otras ocasiones. ¿Qué le pasa a Correa con el ecologismo? Más allá de la mala inteligencia y de una cierta paranoia, cuando el presidente Correa traza ese deslinde de enemigos (‘prefiero la derecha al indigenismo y al ecologismo infantil’) hay razones para sorprenderse. ¿Es esto realmente lo que cree? Su imagen como dirigente es de representante de la izquierda latinoamericana. Su política social interna y su política exterior realmente han sido de izquierda moderada y eficaz. El apoyo a la gestión de Correa (el 70 por ciento según las encuestas de junio 2010) se da sobre todo entre las clases populares por las políticas redistributivas. Ha mejorado mucho el sistema fiscal ecuatoriano. Ahora casi todos los que deben hacerlo, pagan impuesto sobre sus ingresos”.
Sin embargo, sus declaraciones de enero de 2010 afirman que Correa ha escogido, “claramente (esperemos que no sea definitivamente) a sus enemigos principales: el indigenismo y el ecologismo por encima de la derecha”.
Parecía que, con la firma del convenio Yasuní-ITT el 3 de agosto en Quito, ya se habría puesto fin a las vacilaciones del Jefe de Estado sobre el tema. Pero su ausencia en la firma era preocupante. Y, ahora, con la noticia de la reducción del período para recoger fondos, se confirme el temor de que lo que quiere el presidente Correa es el ‘plan B’, o sea, la extracción del petróleo, a pesar del peligro que esto representa para los dos grupos de indígenas, los Tagaeri y los Taromenane, para quienes la actividad significa la extinción. Según el Plan B, si, dentro de seis meses, no se haya reunido los ___________ que representa la mitad de lo que generaría durante un año la producción petrolero en las concesiones Ishpingo, Tiputini y Tambococha, se abrirán las dos campos citados a la actividad petrolera.
Esta decisión ha creado desconcierto entre las personas y organizaciones que apoyan la Iniciativa. A mediados del año, según el economista Martínez Alier, el 50 por ciento de la sociedad ecuatoriana tenía conocimientos de la Iniciativa Yasuní ITT y su apoyo para la propuesta era casi unánime, igual que el apoyo de la Asamblea Nacional. Y, a pesar de su vacilación, afirma el economista Martínez Alier, “eso no hubiera podido suceder sin la expresa voluntad del presidente Correa, a quien los ecologistas del mundo debemos honestamente agradecer este gran triunfo”. Añade que la propuesta podría significar un modelo para tantos otros sitios en donde actividades mineras y petroleras ponen en riesgo ecosistemas y pueblos: el fondo del mar, toda la Amazonia, Alaska, los humedales del mundo…, la lista es larguísima. Incluso, existe ahora un nuevo verbo, ‘yasunizar’, que es lo que se espera hacer en otros lugares: en el Delta del Níger en África; en la laguna del Tigre en Guatemala; en el Madidi en la Amazonía de Bolivia, en el bloque 67 en Perú (vecino al ITT), en los páramos de Colombia.

Que nos mantengamos atentos…

El economista Acosta, por su parte, mientras celebra la firma del fideicomiso, pide que su contenido sea “totalmente divulgado para saber a qué atenernos”. También insiste en que todo el mundo se mantenga alerta, puesto que las empresas petroleras no descansarán en su empeño de hacer fracasar la Iniciativa. Otro motivo de preocupación, según el economista, es la “actitud vacilante del presidente de la República a lo largo de más de tres años y su feria de epítetos en enero de este año”. Todo esto sugiere “el riesgo de que se podría facilitar el fracaso del proyecto bajo la excusa de que la comisión encargada finalmente no consigue cristalizar a tiempo los aportes ofrecidos y los nuevos aportes necesarios”.
El pronóstico del economista Acosta parece haberse cumplido con la reducción a la mitad del plazo para que los países del mundo aporten al fideicomiso. Esperemos estar equivocados.
Fuentes: “Ecuador pledges no oil drilling in Amazon reserve”, BBC, 3 de Agosto de 2010; “En Ecuador: la Iniciativa Yasuní ITT se encamina al triunfo”, Joan Martínez Alier, Argenpress, 3 de agosto de 2010;  “¿Qué celebramos con la firma del fideicomiso de la iniciativa Yasuní?” boletín de prensa, Acción Ecológica, 3 de agosto de 2010; “La firma del fideicomiso para la Iniciativa Yasuní-ITT. Entre todos/as lo logramos”, Alberto Acosta, 3 de agosto del 2010; Yasuní. Más de 100 buenas razones para NO sacar el petróleo, www.amazoniaporlavida.org, 2008.