Periódico
Íntag
El Primer Periodico Independiente
del Rincon Mas Bello y Mas Verde del Ecuador
Arsénico en Junín
By Dra. Karen L. Knee

alt

El arsénico es un elemento muy tóxico, causa cáncer y existe en niveles peligrosos río Junín. Este es uno de los resultados principales de un estudio del agua que realicé en la zona de Íntag entre agosto de 2010 y febrero de 2011. Recolecté muestras de agua de siete sitios del Río Junín y sus afluentes, dos cerca de la comunidad y cinco dentro del bosque comunitario. Además, analicé el río Chalguayacu, aguas arriba y abajo del punto de su confluencia con el río Junín, y los sistemas de agua entubada de las comunidades de Junín y Chalguayacu Alto.

Los “huequitos” que Bishimetals dejó

La mayor concentración de arsénico –44 partes por billón (ppb)– se encontró en el agua que aflora de una perforación hecha por la empresa Bishimetals durante su exploración minera hace más de 15 años. Este nivel es un poco menos del máximo permitido por la ley ecuatoriana (Texto Unificado de Legislación Ambiental del Ecuador o TULAS). Sin embargo, es cuatro veces más alto que lo permitido por tres entidades internacionales: la Organización Mundial de Salud (OMS), la Unión Europea (UE) y la Agencia de Protección Ambiental estadounidense (EPA, siglas en inglés).
Los niveles de arsénico en los demás sitios analizados en el río Junín arrojaron resultados igualmente por encima de lo permitido: de 30 ppb cerca de la perforación hasta 5 ppb río abajo en la comunidad. En cambio, hay menos de 1 ppb de arsénico en el río Chalguayacu arriba de su confluencia con el río Junín, y los niveles promedios para muestras de otros ríos de la Zona son por debajo de 1 ppb: 0,8 ppb en áreas de bosque y 0,9 ppb en áreas de agricultura y ganadería.

El peligro del arsénico
Según la EPA, es peligroso tomar agua con más de 10 ppb de arsénico. Los efectos incluyen problemas de la piel y la circulación de la sangre, dolor de estómago, vómito, diarrea, nausea, entumecimiento de las manos y los pies, parálisis parcial y ceguera. Peor aún, el consumo de este químico aumenta el riesgo de cáncer de la vejiga, los pulmones, la piel, los riñones, el hígado, la próstata y las fosas nasales.
La presencia de altas concentraciones de arsénico en el río Junín y su ausencia en la mayoría de sitios en los otros ríos inteños sugieren que las perforaciones de Bishimetals son la fuente de este elemento. Cuando ciertas rocas y minerales están en contacto con el aire –por ejemplo, cuando se perfora el acuífero para una exploración minera– liberan el el arsénico que contienen y migra hacia aguas subterráneas. Después, esta agua puede salir en vertientes u ojos de agua y fluir hacia los ríos.
Las perforaciones hechas por Bishimetals ya se encuentran, en gran parte, cubiertas por el bosque. Pero mis resultados indican que estas perforaciones escondidas siguen contaminando el río Junín. Inclusive las muestras de los afluentes del río Junín que no reciben el agua de la perforación analizada tienen concentraciones de arsénico de entre 5 y 30 ppb. Y la cantidad de arsénico que sale de la perforación no es suficiente para producir los niveles encontrados río abajo, indicando la presencia de otras fuentes del arsénico en la cuenca hídrica.

Una nueva amenaza

En febrero, la empresa Calidad Ambiental entregó al Ministerio del Ambiente su estudio de impacto ambiental (EIA) para un proyecto de exploración avanzada de minerales metálicos en el sector de El Paraíso, en Manduriacos. El dueño de la concesión minera, Edgar Salazar Medina, propone instalar entre tres y 10 perforaciones en la primera fase de exploración y hasta 50 en la segunda fase. Según el EIA, en este momento todas las muestras de agua en este sector tienen menos de 10 ppb de arsénico: un nivel natural y saludable.
El EIA caracteriza el riesgo de contaminación del agua por las actividades exploratorias como “bajo”. Pero sólo toma en cuenta “descargas de efluentes líquidos”. Ni siquiera menciona la posibilidad de liberación de arsénico al perforar el acuífero. Este es una omisión grave. El área minera de El Paraíso está apenas 16 kilómetros de Junín, y tiene un clima y suelos parecidos. Por eso, en mi opinión profesional, es probable que las perforaciones propuestas para El Paraíso puedan provocar el mismo tipo de contaminación que ya se ve en el río Junín. (Para más sobre la concesión de El Paraíso)


Sistemas de agua casi libres de arsénico
Ninguna de las 37 muestras tomadas de los sistemas de agua inteños tuvieron un nivel peligroso de arsénico. Además de Junín y Chalguayacu Alto, recolecté muestras de agua de tanques y llaves domésticas en las cabeceras parroquiales de Apuela, Cuellaje, García Moreno, Peñaherrera y Vacas Galindo y en las comunidades de Pucará, Pueblo Viejo, Santa Rosa de Plaza Gutiérrez, Santa Rosa de García Moreno, Villaflora y Tollo Íntag. La concentración promedio es muy baja: 0,6 ppb. La mayoría de las muestras contiene menos de 1 ppb de arsénico. Hasta la muestra con la mayor concentración –una vertiente del sistema de Apuela, que contiene 3.3 ppb– es muy por debajo de los límites establecidos para proteger la salud.

Otros datos preocupantes
El análisis de arsénico también reveló algunas sorpresas. Los niveles más altos en toda la Zona –hasta 30 veces más altos que en la perforación minera de Junín– se encontraron en las aguas servidas que el Complejo Ecoturístico Nangulví descarga al Río Íntag. Otros estudios han anotado niveles muy altos de arsénico en las aguas termales del Ecuador, por ejemplo en Papallacta. Entonces el arsénico en Nangulví puede tener una fuente natural. Otra posibilidad es que el alto nivel de fosfato, un químico encontrado en aguas negras y detergentes, en las aguas servidas de Nangulví, causó la liberación del arsénico en el suelo.
Los otros sitios con concentraciones de arsénico mayores de 10 ppb son: el río Apuela aguas abajo de la descarga de aguas servidas (12 ppb) y el río Guayllabamba cerca de la comunidad de Chontal Bajo (13 ppb). Ambos sitios también tienen altas concentraciones de bacterias fecales y nutrientes, indicando un problema general de contaminación.
*Karen L. Knee es una investigadora científica quien recién pasó siete meses en la zona de Intag realizando un estudio de agua.

Fuentes: http://water.epa.gov/lawsregs/rulesregs/sdwa/arsenic/index.cfm; Smedley, P.L. y Kinniburgh, D.G. 2002. A review of the source, behaviour and distribution of arsenic in natural waters. Applied Geochemistry 17: 517-568. Cumbal, L., P. Vallejo, B. Rodriguez y D. Lopez. 2010. Arsenic in geotermal sources at the north-central Andean region of Ecuador: concentrations and mechanisms of mobility. Environmental Earth Science 61: 299-310. Estudio de Impacto Ambiental: Exploración Avanzada de Minerales Metálicos, Área Minera “Los Mandariyacus”. Elaborado por Calidad Ambiental, febrero 2011.